Puerto Príncipe, 5 mar (EFE).- La noticia de que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, se encuentra en Puerto Rico abrió este martes un nuevo capítulo en la crisis que atraviesa la nación caribeña, que vivió una nueva jornada de violencia protagonizada por las poderosas bandas armadas, que han sumido al país en el caos.
Después de varios días sin conocerse su paradero, fuentes del Gobierno de Puerto Rico confirmaron a EFE que Henry está en San Juan, aunque no dieron detalles sobre los motivos de su llegada a la isla.
En un primer momento, Henry habría intentado aterrizar en República Dominicana pero, según dijo el director ejecutivo del Instituto Dominicano de Aviación civil (IDAC), Héctor Porcella, no había plan de vuelo, por lo que el avión en el que viajaba, supuestamente desde el aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey (EE.UU.), tuvo que cambiar el rumbo hacia Puerto Rico.
Por el momento no hay reacciones a esta noticia en Haití, donde precisamente en los últimos días las bandas arreciaron sus acciones contra el aeropuerto en Puerto Príncipe, posiblemente en un intento de evitar la llegada de Henry.
Hoy, antes de conocerse que el primer ministro está en Puerto Rico, el poderoso jefe de una coalición de bandas armadas en Haití Jimmy Chérizier, alias ‘Barbecue’, alertó: “Si Ariel Henry no dimite, el país se encamina directamente hacia el genocidio. Si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos dirigimos directamente a una guerra civil que acabará en genocidio“.
Henry lleva fuera de Haití desde que viajó a Guyana para participar en la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) la semana pasada y luego se trasladó a Kenia para tratar el envío de la misión multinacional de apoyo a la seguridad que liderará ese país africano y que fue aprobada por la ONU en octubre.
En este tiempo, en concreto desde que el jueves pasado se conociera el compromiso del primer ministro de convocar elecciones antes del 31 de agosto de 2025, se ha producido una escalada de la violencia.
Esta jornada se siguieron viviendo fuertes tiroteos, saqueos, enfrentamientos con la policía, secuestros e incendios provocados, en los que cientos de personas se vieron obligadas a abandonar los campos de desplazados y sus viviendas para evitar convertirse en víctimas de las atrocidades cometidas por las bandas armadas que iniciaron a finales de febrero un movimiento de protesta que ha sumido al país en el caos.
Preocupación generalizada ante la crisis haitiana
Ante esta situación, el Caricom mantiene conversaciones con las diversas partes interesadas en Haití y “ha estado singularmente centrada en los acontecimientos” ocurridos allí los últimos días, aseguró el presidente de esa institución y de Guyana, Irfaan Ali.
También la ONU está muy preocupada por la situación en Haití y el Consejo de Seguridad ha programado para el miércoles una sesión extraordinaria y a puerta cerrada para tratar este asunto, en la que intervendrá en remoto la Representante Especial para Haití, María Isabel Salvador.
Especial preocupación por la violencia y la crisis en Haití existe en la vecina República Dominicana, cuyo ministro de Defensa, Carlos Luciano Díaz Morfa, aseguró hoy que los soldados desplegados en la frontera “están preparados” para prevenir o disuadir cualquier incidente en esa zona.
Ya el lunes el presidente dominicano, Luis Abinader, afirmó que el país se encuentra en “alerta” ante el deterioro de la crisis en Haití y advirtió de una “drástica” respuesta a los delincuentes de ese país que intenten cruzar la frontera.
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Y es que la fuga de unos 3.600 reclusos de las dos mayores cárceles en Puerto Príncipe, tras la entrada en ellas el sábado de las bandas armadas, genera gran preocupación.
Por ello, Bahamas retiró este martes a la mayor parte del personal de su embajada en Puerto Príncipe y su aerolínea Bahamasair suspendió los vuelos al país.
También la Junta de Aviación Civil de República Dominicana anunció la suspensión “con efecto inmediato” de las operaciones aéreas de pasajeros desde y hacia Haití, así como las de carga.
La violencia en Haití ha causado el desplazamiento de 15.000 personas en los últimos días, según el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Todo ello llevó al Gobierno de Haití a decretar el domingo el estado de emergencia y el toque de queda por 72 horas prorrogables en el departamento de Oeste, donde está Puerto Príncipe.
Ante la extrema situación que vive Haití, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este martes a los países miembros una “acción urgente” para desplegar una fuerza policial internacional y dijo que lo más urgente es proveer la financiación necesaria para la misión liderada por Kenia.
Varios países africanos (Benin y Chad) y caribeños (Bahamas, Jamaica y Antigua y Barbuda) han mostrado su disposición a aportar fuerzas. EFE
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