Un barco de la Marina italiana llegó el miércoles al puerto albanés de Shengjin para llevar al primer grupo de 16 migrantes interceptados en aguas internacionales.
El buque Libra zarpó el lunes del puerto de Lampedusa con 16 hombres 10 de Bangladesh y seis de Egipto que fueron rescatados en el mar tras salir de Libia, según un vocero del gobierno.
Italia inauguró la semana pasada dos centros en Albania donde piensa procesar a miles de solicitantes de asilo fuera de sus fronteras.
Los centros sólo albergarán a hombres adultos, mientras que personas vulnerables como mujeres, familias, enfermos o víctimas de tortura serán alojados en Italia. No se separará a las familias.
El embajador italiano ante Albania, Fabrizio Bucci, dijo el viernes que los dos centros estaban listos para procesar a migrantes, después de que la inauguración se retrasara durante meses para consolidar la tierra inestable en uno de los recintos, en Gjader.
Un pequeño grupo de activistas reunidos en la entrada del puerto protestó por la llegada de los migrantes con un cartel que decía “el sueño europeo acaba aquí”.
“Este acuerdo va contra los derechos humanos, más concretamente los derechos de los migrantes”, dijo Edison Lika, un manifestante.
Aunque el recinto en Gjader tiene capacidad para 3.000 personas, comenzará con 400 y pasará a 880 en unas pocas semanas.
El número de personas llegadas a Italia por la ruta del Mediterráneo central desde el norte de África ha caído en un 61% en 2024 en comparación con 2023. Según el Ministerio italiano del Interior, para el 15 de octubre habían llegado por mar 54.129 migrantes, en comparación con los 138.947 del mismo periodo del año anterior.
Según un acuerdo de cinco años firmado el pasado noviembre por la ministra italiana, Giorgia Meloni, y su homólogo albanés, Edi Rama, cada mes se alojarán en Albania hasta 3.000 migrantes recogidos por guardacostas italianos en aguas internacionales. Pasarán una primera entrevista a bordo de los barcos antes de ser enviados a Albania mientras se estudia su caso.
Los dos centros le costarán a Italia 670 millones de euros (730 millones de dólares) durante cinco años. Las instalaciones están gestionadas por Italia y bajo jurisdicción italiana, mientras que guardias albaneses prestarán seguridad exterior.
El primer centro, un área en Shengjin, a 66 kilómetros (40 millas) al noroeste de la capital, Tirana, se utilizará para evaluar a los recién llegados. El otro centro, a unos 22 kilómetros (14 millas) al este, cerca de un antiguo aeropuerto militar en Gjader, alojará a los inmigrantes durante la tramitación de sus solicitudes de asilo.
Las autoridades italianas esperan que el centro de Gjader nunca alcance ocupación completa, pero eso depende del flujo de migrantes llevados a Albania.
En Albania, los migrantes conservan su derecho según el derecho internacional y de la Unión Europea a solicitar asilo en Italia y que sus casos se procesen allí, lo que se espera que tome como máximo 28 días, incluidas apelaciones.
Italia ha aceptado recibir a los que obtengan asilo. Los que vean rechazadas sus solicitudes serán deportados directamente desde Albania.
El controversial acuerdo para externalizar el alojamiento de los solicitantes de asilo a un miembro de fuera de la UE ha sido elogiado por algunos países que, como Italia, sufren una fuerte presión por la llegada de refugiados.
El acuerdo fue recibido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como un ejemplo de “pensamiento creativo” para abordar el asunto de la inmigración en la UE.
Sin embargo, el plan ha sido condenado por grupos de derechos humanos como un peligroso precedente.
Rama ha dejado claro que ningún otro país podrá tener centros similares en Albania. El mandatario dijo que su país sentía una especial gratitud por las decenas de miles de albaneses que fueron recibidos por Italia tras la caída del comunismo en 1991, así como por el apoyo prestado por Roma durante la crisis económica de 1997 y por los efectos de un sismo en 2019.
Meloni y sus aliados conservadores reclaman desde hace mucho que los países europeos compartan más la carga de los migrantes. La mandataria ha presentado el acuerdo con Albania como una solución innovadora a un problema que ha superado a la UE durante años.
AP
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