A través de las redes sociales el domingo, el presidente estadounidense Donald Trump insinuó la posibilidad de un cambio de régimen, cuestionando el futuro de la teocracia gobernante de Irán.
El comentario de Trump contra el régimen iraní en las redes sociales se produjo después de que ordenara un ataque sorpresa contra tres de las instalaciones nucleares del país, aumentando el riesgo de una guerra más amplia en Oriente Medio.
“No es políticamente correcto usar el término cambio de régimen, pero si el actual régimen iraní es incapaz de hacer a Irán grande de nuevo, ¿por qué no habría un cambio de régimen?”, publicó Trump en las redes sociales.
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La publicación generó una rápida reacción, durante una conferencia de prensa el mismo día, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó que: “Esta misión no era ni ha sido sobre el cambio de régimen”.
Pese al intento del Pentágono y de otros asesores por mantener una postura coherente y evitar una mayor escalada, las declaraciones de Trump agregaron incertidumbre sobre la estrategia de Washington respecto a Irán, el secretario de Estado Marco Rubio señaló que el objetivo principal de Estados Unidos es impedir que Teherán avance en su programa de armas nucleares.
Por su parte, el vicepresidente J.D. Vance declaró en una entrevista con NBC que “no estamos en guerra con Irán… estamos en guerra contra su programa nuclear”, a su juicio, el ataque aéreo debería interpretarse como una oportunidad para reiniciar las negociaciones sobre la limitación de las capacidades atómicas del régimen iraní.
Sin embargo, analistas advierten que los mensajes contradictorios desde Washington dificultan comprender si Trump busca presionar al adversario con retórica agresiva o si sus palabras reflejan un cambio real en los objetivos militares de EE.UU. en la región.
Antes del mensaje de Trump, la narrativa oficial había sido cuidadosamente coordinada. El secretario de Estado, el asesor militar principal, el vicepresidente y el jefe del Pentágono sostenían que las consecuencias del ataque serían controladas y que la intención no era alterar el equilibrio interno de Irán.
El actual conflicto entre Israel e Irán, que inició el pasado 13 de junio, se ha intensificado tras el ataque israelí a infraestructura militar iraní, que dejó como saldo la muerte de al menos 10 científicos nucleares de Teherán. En respuesta, Irán lanzó misiles balísticos y drones contra territorio israelí, aunque se estima que su capacidad militar fue duramente golpeada por la campaña aérea israelí, que destruyó parte de sus sistemas de defensa y plataformas de lanzamiento.
Hasta el momento, al menos 950 personas han muerto por los ataques israelíes en Irán, mientras que otras 27 han perdido la vida por los contraataques iraníes en suelo israelí, la comunidad internacional observa con creciente preocupación la posibilidad de una guerra regional de gran escala.
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