Un hombre condenado a muerte fue ejecutado este martes en el estado de Florida, elevando a 26 el número de ejecuciones realizadas en Estados Unidos en lo que va de 2025, la cifra más alta en los últimos diez años.
Michael Bell, de 54 años, recibió una inyección letal a las 6:25 p. m., hora local, en la penitenciaría estatal de Raiford, según informó el Departamento de Prisiones de Florida. Bell fue sentenciado a la pena capital por el asesinato de Jimmy West, de 23 años, y Tamecka Smith, de 18, en un hecho ocurrido en 1993 en la ciudad de Jacksonville.
Con esta ejecución, Florida suma ocho reos ejecutados en lo que va de año, y se convierte en uno de los estados que concentra más ejecuciones junto a Texas y Carolina del Sur, según datos del Death Penalty Information Center (DPIC). El organismo destaca que este repunte se debe a decisiones de “algunos funcionarios electos en un pequeño número de estados”.
El crimen por el que fue condenado Bell se produjo tras el asesinato de su hermano Lamar Bell, a manos de Theodore Wright, medio hermano de una de sus víctimas, lo que habría motivado el ataque como una represalia.
Bell también formaba parte del grupo de más de 30 condenados a muerte que en su juventud pasaron por la infame Florida School for Boys, conocida como Dozier, clausurada en 2011. El centro, marcado por abusos y maltratos, inspiró la novela “The Nickel Boys” del escritor Colson Whitehead, ganadora del Premio Pulitzer en 2020. En 2016, antropólogos encontraron 55 tumbas clandestinas en el lugar.
De las 26 ejecuciones registradas este año en EE. UU., 21 se realizaron por inyección letal, tres mediante inhalación de nitrógeno —método utilizado por primera vez en Alabama en 2024 y cuestionado por la ONU por su potencial efecto torturador— y dos por fusilamiento en Carolina del Sur. El país mantiene la pena de muerte activa en 24 estados, mientras que ha sido abolida en 23 y suspendida temporalmente en tres: California, Oregón y Pensilvania.
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